Los cuatro rabinos
Una noche cuatro rabinos recibieron la visita de
un ángel que los despertó y los transportó a la Séptima Bóveda del Séptimo
Cielo. Allí contemplaron la Sagrada Rueda de Ezequiel.
En determinado momento de su descenso del Pardes, el Paraíso, a la tierra, uno de
los rabinos, tras haber contemplado semejante esplendor, perdió el juicio y
vagó echando espumarajos por la boca hasta el fin de sus días. El segundo
rabino era extremadamente cínico: "He visto en sueños la Rueda de
Ezequiel, eso es todo. No ha ocurrido nada en realidad." El tercer rabino
no paraba de hablar de lo que había visto, pues estaba totalmente obsesionado.
Hablaba por los codos, describiendo cómo estaba construido todo aquello y lo
que significaba... hasta que, al final, se extravió y traicionó su fe. El
cuarto rabino, que era un poeta, tomó un papel y una caña, se sentó junto a la
ventana y se puso a escribir una canción tras otra sobre la paloma de la tarde,
su hija en la cuna y todas las estrellas del cielo. Y de esta manera vivió su
vida mejor que antes
.
Pintura Inspirada en el Cuento. Por Claude Toledo.
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