"Los cuentos son una medicina. Tienen un poder extraordinario; no exigen que hagamos, seamos o pongamos en práctica algo: basta con que escuchemos. Los cuentos contienen los remedios para reparar o recuperar cualquier pulsión perdida". Clarissa Pinkola Estés.

viernes, 24 de julio de 2020

En Bagdad soñando con El Cairo


Cuenta Rumi que un hombre de Bagdad gastó toda su herencia y se encontraba en la ruina. Rogó a Dios que le ayudase y tuvo un sueño en el que una voz le decía que había en la ciudad del Cairo un tesoro escondido. Se puso viaje y fue a El Cairo.
Pronto se quedó sin dinero y se puso a mendigar. Lo encontraron unos policías por la calle tomándolo como si fuera un ladrón y lo golpearon. El hombre logró al fin explicarles quién era y qué hacía en la ciudad. Uno de los policías le dijo:
– “¿Cómo fuiste tan necio que viniste a El Cairo por un sueño? Yo mismo he tenido un sueño en el que he visto que en la ciudad de Bagdad en tal calle y en tal casa hay un tesoro”.
El hombre quedó atónito al oír aquellas palabras. Aquella casa de Bagdad era precisamente la suya. Dio gracias a los policías y a Dios misericordioso. Y viajó de vuelta a su casa de Bagdad. Allí encontró el tesoro, en su propia casa.

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