"Los cuentos son una medicina. Tienen un poder extraordinario; no exigen que hagamos, seamos o pongamos en práctica algo: basta con que escuchemos. Los cuentos contienen los remedios para reparar o recuperar cualquier pulsión perdida". Clarissa Pinkola Estés.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Vagabundear

Harto ya de estar harto, ya me cansé

de preguntar al mundo porqué y porqué,
la rosa de los vientos me ha de ayudar
y desde ahora vais a verme vagabundear
entre el cielo y el mar
vagabundear.

Como un cometa de caña y de papel
me iré tras una nube para serle fiel,
a los montes, los ríos el sol y el mar
a ellos que me enseñaron el verbo amar,
soy palomo torcaz,
dejádme en paz.

No me siento extranjero en ningún lugar
donde haya lumbre y vino tengo mi hogar,
y para no olvidarme de lo que fuí
mi patria y mi guitarra la llevo en mí,
una es fuerte y es fiel,
la otra un papel.

No llores porque no me voy a quedar
me diste todo lo que tú sabes dar,
la sombra que en la tarde da una pared
y el vino que me ayuda a olvidar mi sed,
que más puede ofrecer
una mujer.

Es hermoso partir sin decir adiós
serena la mirada, firme la voz,
si de veras me buscas, me encontrarás,
es muy largo el camino para mirar atrás
qué más da, qué más da,
aquí o allá.

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